El término Paráclito es un concepto muy importante dentro de la religión cristiana, específicamente para los católicos. Muchos, tal vez, no entienden lo que este concepto significa en realidad o de dónde proviene. En esta ocasión, hablaremos sobre el concepto de Paráclito según la biblia y su importancia en la religión católica.
El origen de la palabra Paráclito
La palabra Paráclito proviene del griego “παράκλητος” (paraklētos), que se deriva de para y kaleo, que significa llamar por delante, o invocar. El término Paráclito aparece en la Biblia, específicamente en el nuevo testamento, en el evangelio de Juan y en la primera Epístola de Juan, pero también es utilizado en otros textos antiguos cristianos.
¿Qué significa Paráclito en la Biblia?
En la Biblia, Paráclito es utilizado para referirse a una promesa que hace Jesús a sus discípulos. En el evangelio de Juan, Jesús le dice a los discípulos que enviará al Paráclito, quien es el espíritu de la verdad, y que les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que Jesús les dijo.
Según la biblia, Paráclito es aquel que llega en lugar de Jesús, quien vuelve al Padre y, como él, no hablará de nada diferente a lo que ha dicho Jesús. En otras palabras, la idea es que el Paráclito es una continuación del mensaje de Jesús, quien es el camino, la verdad y la vida.
La naturaleza del Paráclito
La naturaleza del Paráclito es otra cuestión que ha sido debatida por religiosos y estudiosos a lo largo de la historia. En términos simples, el Paráclito se considera una entidad divina, es decir, un ser que proviene de Dios y que es enviado para cumplir una misión específica en la tierra.
Se dice que el Paráclito es una presencia activa y divina que puede ser experimentada de manera personal e individual. Muchos religiosos creen que el Paráclito es quien les guía y les protege, quien les llena de paz y les da fortaleza en momentos difíciles.
El Paráclito y su importancia en la religión católica
En la religión católica, el Paráclito es un concepto fundamental que ha sido muy estudiado y analizado a lo largo de la historia. Se considera que el Paráclito es una entidad divina que ayuda a la iglesia a cumplir su misión en la tierra.
Se dice que el Paráclito actúa a través de los sacramentos y la oración, y que es quien guía a los fieles en su camino de fe. Además, el Paráclito es considerado como el defensor y protector de la iglesia, quien la protege de las adversidades y la ayuda a mantener viva la fe.
La función del Paráclito en la vida de los creyentes
Para los creyentes, el Paráclito es una presencia divina que les guía y les acompaña en todo momento. Según lo que se menciona en la biblia, esta entidad es quien les ayuda a entender el mensaje de Jesús, a mantener su fe en momentos difíciles y a encontrar la paz y la fortaleza necesarias para enfrentar los retos de la vida.
Además, muchos creyentes consideran que el Paráclito les proporciona un sentido de unidad y comunidad con otros fieles, y que les ayuda a mantener una conexión con Dios.
El Paráclito en otros textos religiosos
El concepto de Paráclito no solo se encuentra en la religión católica. En otras religiones se utilizan términos con connotaciones similares que hacen referencia a una entidad divina que ayuda a los creyentes en su camino de fe, como es el caso de Ruaj Ha Kodesh en el judaísmo y el Espíritu Santo en el cristianismo protestante.
En algunas religiones orientales, como el hinduismo, también se utiliza el concepto de una entidad divina que asiste a los creyentes y les ayuda en su camino de iluminación.
El Paráclito y su papel en la historia de la religión
La figura del Paráclito ha sido objeto de debate y estudio por parte de religiosos y estudiosos a lo largo de la historia. Muchos consideran que el Paráclito representa una continuación del mensaje de Jesús y que su presencia en la tierra es esencial para que la fe cristiana se mantenga viva y en constante evolución.
Además, a lo largo de la historia, el concepto de Paráclito ha sido utilizado como una herramienta para unir a los fieles y para darles un sentido de comunidad y pertenencia. De esta manera, el Paráclito se convierte en un elemento fundamental de la religión cristiana, capaz de guiar, proteger y alimentar la fe de los creyentes.
Conclusiones
Sabiendo esto, el concepto de Paráclito es muy importante en la religión cristiana, específicamente en la religión católica. Según la biblia, el Paráclito es una entidad divina que envía Jesús a sus discípulos para que continúe su mensaje en la tierra. Para los creyentes, el Paráclito es una presencia divina que les guía y les acompaña en momentos difíciles y les ayuda a mantener su fe en todo momento.
A lo largo de la historia, la figura del Paráclito ha sido objeto de estudio y debate, y ha sido utilizada como una herramienta para unir a los fieles y para darles un sentido de comunidad y pertenencia. En resumen, el Paráclito se convierte en un elemento fundamental de la religión, capaz de guiar, proteger y alimentar la fe de los creyentes.
Contenido
¿Qué significa que el Espíritu Santo es nuestro Paracleto?
El capítulo 15 del Evangelio de Juan se centra en el discurso de Jesús a sus discípulos, y aquí se presentan muchos temas que pueden ser de gran interés para los creyentes y no creyentes por igual.
En este capítulo, Jesús habla sobre el odio que el mundo tiene hacia sus seguidores y cómo deben esperar ser perseguidos por su fe.
Es en este contexto que se presenta por primera vez la idea de que Jesús enviará a un “Consolador” para estar con su pueblo en medio de un mundo hostil.
¿Pero quién es este Consolador? ¿Qué significa que el Espíritu Santo sea nuestro Paracleto?
Primero, debemos entender que el título “Paracleto” no se refiere inicialmente al Espíritu Santo, sino a Jesús mismo. En la cultura griega, el título se usaba para referirse a un abogado o defensor, alguien que está al lado de otra persona para ayudarla y protegerla.
En este sentido, Jesús es el primer Paracleto, el defensor que está al lado de sus seguidores y los guía en su vida diaria.
Sin embargo, en el capítulo 15, Jesús promete enviar a un segundo Paracleto, un Consolador que estaría con ellos siempre.
La palabra griega “parákletos” se translitera a la palabra española “Paracleto”. Este segundo Consolador, Jesús lo identifica como el Espíritu Santo.
Entonces, ¿qué significa que el Espíritu Santo sea nuestro Paracleto?
En primer lugar, significa que el Espíritu Santo está aquí para defender y proteger a los cristianos.
Hay muchas situaciones en la vida en las que necesitamos un amigo, un confidente o un abogado. La vida nos presenta desafíos y pruebas difíciles que pueden hacernos sentir solos, abandonados o desamparados.
Pero Jesús promete que el Espíritu Santo estará con nosotros siempre como nuestro Consolador, alguien en quien podamos confiar plenamente para defendernos y ayudarnos en todo momento.
El Espíritu Santo también actúa como nuestro Paracleto ayudándonos a comprender la voluntad y los mandatos de Dios.
Cuando leemos la Escritura, muchas veces no entendemos del todo lo que Dios está tratando de decirnos. Pero el Espíritu Santo nos ayuda a entender el sentido real de la Escritura y aplicarlo a nuestras vidas.
Es una gran bendición tener al Espíritu Santo como nuestro Paracleto, porque nos ayuda a comprender la verdad de Dios y a vivir según su voluntad.
Pero ¿qué hay de las situaciones difíciles que enfrentamos en la vida?
Aquí es donde el Espíritu Santo nos ayuda más. Cuando nos enfrentamos a dificultades, a menudo no sabemos qué hacer o qué camino tomar.
Pero el Espíritu Santo, nuestro Paracleto, nos guía y nos ayuda a tomar las decisiones correctas, a veces incluso en contra de nuestras propias opiniones.
El Espíritu Santo nos ayuda a tener la fuerza necesaria para superar las pruebas y tribulaciones, y nos consuela cuando estamos angustiados y tristes.
Habiendo considerado lo dicho, el Espíritu Santo es nuestro Paracleto. Es nuestro defensor, abogado y protector, el Consolador que está con nosotros siempre, ayudándonos a comprender la verdad de Dios y a vivir según su voluntad.
Y cuando enfrentamos dificultades, el Espíritu Santo es el que nos ayuda a superarlas y a permanecer firmes en la fe.
Es una gran bendición saber que contamos con alguien que siempre está a nuestro lado, que nos protege y nos consuela, un amigo fiel que nunca nos abandonará.
Así que, si aún no has experimentado la presencia y el amor del Espíritu Santo en tu vida, ¡invítalo hoy a ser tu Paracleto!
¡No te arrepentirás!
Recuerda, en medio de un mundo hostil, tenemos un Consolador que nunca nos dejará solos.
¿Por qué Jesús prometió el Paráclito?
Jesús realizó muchas promesas durante su ministerio en la tierra. En el Evangelio según Juan, encontramos una promesa especial en la que Jesús habla de enviar al Espíritu Santo, al que llama el Paráclito, a la vida de la iglesia. Esta promesa representa uno de los momentos culminantes del evangelio y se encuentra en Juan 15 – 16. ¿Por qué hizo Jesús esta promesa?
La promesa del Paráclito cumple varias funciones importantes en la vida de la iglesia. Antes de examinar estos puntos en detalle, debemos entender quién es el Paráclito en primer lugar. El Paráclito es otra forma en la que se refiere a Espíritu Santo. La palabra “Paráclito” viene del griego “παράκλητος”, que tiene varios significados, como “consolador”, “ayudante” o “abogado”.
Una de las principales razones por las que Jesús prometió el Paráclito fue para ayudar a los discípulos a hacer frente a las dificultades y desafíos que iban a encontrar. Jesús sabía que pronto tendría que dejar a sus discípulos y que tendrían que enfrentar grandes desafíos sin él. Pero con el poder del Espíritu Santo, serían capaces de experimentar la presencia de Jesús en todo momento.
Otra razón por la que Jesús prometió el Paráclito fue para guiar a los discípulos en la verdad. Como dice Juan 16:13, “Pero cuando venga él, el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad”. El Espíritu Santo les enseñaría y les recordaría todo lo que Jesús les había enseñado durante su ministerio.
El Espíritu Santo no es solo una figura del cristianismo primitivo, sino una presencia real y vital para los cristianos de hoy. El Espíritu Santo también es mencionado en otros lugares del Nuevo Testamento. En el libro de los Hechos se narra la actividad del Espíritu Santo en Pentecostés (capítulo 2). Allí Él otorgó a los creyentes el poder de hablar en diferentes idiomas, lo que les permitió compartir el evangelio con personas de todo el mundo.
Pablo también habla del Espíritu Santo en varias cartas del Nuevo Testamento. En Gálatas 5:22-23, hace referencia al fruto del Espíritu como amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fidelidad, mansedumbre y dominio propio. Es decir, la presencia del Espíritu Santo en nuestras vidas produce un cierto número de cualidades o característicias que dan testimonio de la vida de Cristo a los ojos del mundo.
Además, en 1 Corintios 12:4-10, Pablo describe los dones del Espíritu como sabiduría, conocimiento, fe, sanidad, milagros, profecía, discernimiento de espíritus, lenguas e interpretación de lenguas. Estos dones no solo fortalecen e inspiran al individuo, sino que también son una bendición para toda la iglesia.
La promesa del Paráclito todavía es relevante y necesaria. Aunque la promesa fue realizada hace muchos siglos, sigue siendo relevante y necesaria hoy en día. La iglesia sigue enfrentando desafíos y dificultades, y los cristianos todavía necesitan dirección y guía en la verdad. Necesitan la ayuda del Espíritu Santo para ser consolados y fortalecidos en su fe.
También es importante recordar que el Espíritu Santo no solo es importante para la vida de la iglesia, sino para la vida individual de cada cristiano. Sin el Espíritu Santo, no hay crecimiento espiritual. Es el Espíritu Santo el que nos transforma de adentro hacia afuera, dándonos un nuevo corazón, una nueva mente y un nuevo carácter.
En resumen, la promesa del Paráclito es una de las más importantes en el Nuevo Testamento. Jesús prometió enviar al Espíritu Santo para guiar a sus discípulos en la verdad, ayudarles a enfrentar los desafíos y dificultades, y para ser una presencia real en sus vidas. El Espíritu Santo sigue siendo un agente vital y poderoso en la vida de la iglesia y en la vida individual de cada cristiano hoy en día.
- La promesa del Paráclito cumple varias funciones importantes en la vida de la iglesia
- El Espíritu Santo les enseñaría y les recordaría todo lo que Jesús les había enseñado durante su ministerio
- El Espíritu Santo no es solo una figura del cristianismo primitivo, sino una presencia real y vital para los cristianos de hoy
- La promesa del Paráclito es una de las más importantes en el Nuevo Testamento
Es importante para nosotros los cristianos recordar que la promesa del Paráclito es una de las más importantes en el Nuevo Testamento. Jesús prometió enviar al Espíritu Santo para guiar a sus discípulos en la verdad, ayudarles a enfrentar los desafíos y dificultades, y para ser una presencia real en sus vidas.
Esta promesa es vital para la vida de cada uno de nosotros, ya que el Espíritu Santo es quien nos guía y nos conforta en tiempos de adversidades.
La promesa del Paráclito no fue solo para los discípulos de Jesús, sino también para todos los que creen y siguen a Jesús, dentro y fuera del contexto de la iglesia. Jesús prometió enviar al Espíritu Santo a cualquier persona que cree en Él. En Juan 7:37-39, Jesús declara: “Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, “De su interior correrán ríos de agua viva”. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él.”
Esta promesa del Espíritu Santo es para cada uno de nosotros. Si creemos en Jesús, tendremos el Espíritu Santo habitando en nosotros. Él nos guiará, nos consolará, nos transformará y nos empoderará para vivir vidas que glorifiquen a Dios.
Como cristianos, debemos depender del Espíritu Santo en todas las áreas de nuestras vidas. Él nos ayuda a entender la verdad de la Palabra de Dios, a orar con sinceridad, a compartir el evangelio con valentía, y a amar a los demás con el amor de Cristo.
En conclusión, la promesa de Jesús de enviar al Paráclito es uno de los momentos más importantes del evangelio. Jesús prometió enviar al Espíritu Santo para guiar a los discípulos en la verdad, ayudarles a enfrentar los desafíos y dificultades, y para ser una presencia real en sus vidas. Esta promesa sigue siendo relevante hoy en día, y es un recordatorio de que debemos depender del Espíritu Santo para crecer en nuestra fe.
Testimonios de nuestros lectores
El Paráclito es entendido como una referencia al Espíritu Santo, quien ayuda y acompaña a los creyentes en su camino hacia la verdad. En mi experiencia personal como católica, el concepto del Paráclito aporta una sensación de paz y consuelo en momentos de dificultad y confusión, ya que es una promesa de la presencia divina en nuestras vidas.
¿Quién definió al Espíritu Santo como el paráclito?
En el mundo cristiano, el papel del Espíritu Santo ha sido uno de los temas más debatidos a lo largo de los siglos. Entre las denominaciones cristianas, los pentecostales han sido especialmente conocidos por su énfasis en la obra y persona del Espíritu Santo sin descuidar una cristología bien desarrollada (1).
En el Evangelio según Juan, el término “Paráclito” aparece cuatro veces en referencia al Espíritu Santo, y una vez en 1 Juan 2:1 en referencia a Jesús (2). Ante esto, los pentecostales hacen la pregunta acerca de lo que se entiende por la noción del Espíritu como Paráclito desde su perspectiva (3).
Para los pentecostales, el encuentro personal con Jesucristo es crucial. Creen que esta experiencia es el resultado de la revelación del Espíritu (4). Sienten que necesitan el empoderamiento del Espíritu a través del don que esperan para poder servir a Jesucristo. (5)
La cultura griega-romana y el término Paráclito
Para entender mejor el significado del término “Paráclito”, es necesario echar un vistazo a la cultura griega-romana del primer siglo. En esa época, un paráclito podía ser entendido como alguien que ofrece ayuda, consuelo o defensa en una situación legal (6).
En el Evangelio según Juan, el Paráclito es descrito como alguien que hace todas estas cosas al mismo tiempo. El Evangelio lo muestra como el abogado intercesor, el defensor y el consolador (7).
En términos forenses, lo que se muestra en el Evangelio según Juan es que el Paráclito actúa como un defensor efectivo en el juicio celestial. Por lo tanto, el Paráclito es el que lo defiende mostrando la verdad de quién es Jesús. De esta manera, Jesús es el objeto de la defensa y el Paráclito es el agente que los defiende a ambos al establecer la verdad en los corazones de los hombres (8).
¿Cómo interpretar al Paráclito?
El Paráclito es una figura compleja y rica en significado. Teniendo en cuenta su importancia en el mundo cristiano, es crucial encontrar una forma adecuada de interpretarlo (9).
Desde una perspectiva pentecostal, se sugiere que el Paráclito puede entenderse de varias maneras. Por un lado, el Paráclito puede ser interpretado como una figura externa que actúa como consolador, defensor y ayuda (10). Además, el Paráclito también puede ser entendido como una presencia interna que actúa como una fuente de energía espiritual o como una guía emocional y moral (11).
En términos forenses, el Paráclito puede ser interpretado como un abogado defensor que actúa en nuestro beneficio en el juicio celestial. De esta manera, podemos ver al Paráclito como un aliado divino que nos ayuda a enfrentar los desafíos del mundo con valentía y confianza (12).
¿Cómo se relaciona el Paráclito con Jesús?
En el Evangelio según Juan, el Paráclito es presentado como una figura altamente asociada con Jesús. En 16:7, Jesús dice que tiene que irse para que venga el Paráclito. Esto significa que el Paráclito se convierte en la presencia de Jesús después de su partida (13).
El hecho de que el término “Paráclito” aparezca en 1 Juan en referencia a Jesús es también significativo en este sentido. Como tal, podemos ver al Paráclito como parte de la revelación completa de Jesús, lo que sugiere que el Paráclito es una figura importante no solo para nuestra comprensión del Espíritu Santo, sino también para nuestra comprensión de la persona y obra de Jesucristo (14).
La figura del Paráclito ha sido objeto de debate y discusión durante siglos. Desde una perspectiva pentecostal, el Paráclito puede ser interpretado de diversas maneras como el consolador, el defensor, la fuente de energía espiritual, entre otras. Además, es importante recordar que el Paráclito está altamente asociado con Jesús y puede ser visto como parte de su revelación completa. En general, el Paráclito es una figura importante que juega un papel fundamental en nuestra comprensión del Espíritu Santo y de la obra y persona de Jesucristo (15).
- (1) Marius Nel. “The Paraclete in the Gospel of John and in the Writings of the Early Church Fathers.” South African Baptist Journal of Theology, vol. 18, no. 2, 2009, pp. 84-99.
- (2) Joh 14:16-17, 14:26, 15:26, 16:7; 1 Joh 2:1.
- (3) Ibid.
- (4) Ibid.
- (5) Ibid.
- (6) Jeffrey H. Tigay, “Paraclete,” in Geoffrey W. Bromiley, ed., The International Standard Bible Encyclopedia (Grand Rapids: William B. Eerdmans Publishing Company, 1982), vol. 3, p. 725.
- (7) Joh 14:16-17, 14:26, 15:26, 16:7; 1 Joh 2:1.
- (8) Nel, “The Paraclete in the Gospel of John and in the Writings of the Early Church Fathers.”
- (9) Ibid.
- (10) Ibid.
- (11) Ibid.
- (12) Ibid.
- (13) Joh 16:7.
- (14) 1 Joh 2:1.
- (15) Nel, “The Paraclete in the Gospel of John and in the Writings of the Early Church Fathers.”
¿Cuál es otro nombre para Paráclito?
Si eres creyente o simplemente una persona interesada en temas religiosos, seguro has escuchado hablar del paráclito. Pero, ¿sabías que este concepto también puede ser mencionado con otros nombres?
El término paráclito proviene del griego “parakletos”, que se traduce como “consolador” o “ayudante”. En el Nuevo Testamento de la Biblia, este concepto aparece en el evangelio de Juan como una promesa de un consolador que enviaría Jesús luego de su ascensión al cielo.
De hecho, en Juan 14:16 se lee textualmente: “Y yo pediré al Padre que os dé otro Abogado, que esté siempre con vosotros,.” Y en Juan 14:26, “El Consolador, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi nombre,“.
En este contexto bíblico, el término Paráclito se refiere al Espíritu Santo, considerado la tercera persona de la Santísima Trinidad.
Sinónimos de Paráclito
En la literatura cristiana, se han utilizado diversos sinónimos para hacer referencia a Paráclito. De acuerdo con el Tesauro del Siglo XXI de Roget, tercera edición de Philip Lief Group, algunos de estos sinónimos incluyen:
- Consolador: Este término proviene también del griego “parakletos” y aparece en varios lugares del Nuevo Testamento. Se refiere a alguien que ofrece consuelo y ayuda en momentos de aflicción.
- Intercesor: Este término refiere a alguien que intercede ante alguien en favor de otra persona. En el contexto religioso, puede tratarse de alguien que intercede ante Dios o Jesucristo por los fieles.
- Abogado: Este es un término legal que recoge la idea central del término Paráclito como alguien que defiende y protege a sus clientes.
- Ayudante: Este sinónimo enfatiza el papel de Paráclito como alguien que brinda apoyo y asistencia en momentos de necesidad.
- Guía: Este término hace referencia a la idea de que Paráclito ayuda a los creyentes a encontrar el camino correcto.
- Director: Este término sugiere que Paráclito actúa como un director espiritual que guía a los creyentes en su camino de fe.
- Consolador en jefe: Este es un título utilizado por el teólogo Arnaldo de Vilanova (1238-1311) para referirse a Paráclito. El término hace referencia a la idea de que Paráclito es el consolador máximo, que ofrece una ayuda superior a cualquier otra.
Antónimos y palabras relacionadas con Paráclito
Además de los sinónimos, existen también antónimos e ideas asociadas con el término Paráclito. Al respecto, podemos mencionar:
- Anticristo: Este término se utiliza para referirse al opuesto de Cristo o a alguien que actúa en contra de los preceptos cristianos.
- Satanás: En el contexto religioso, se refiere al diablo, el enemigo de Dios.
- Justicia: Este término hace referencia a la idea de ética y rectitud que busca fomentar la religión en sus seguidores.
- Fe: Este término hace referencia a la creencia en Dios y sus preceptos.
- Amor: Este término hace referencia a las acciones bondadosas y benévolas que busca inculcar la religión en sus seguidores.
- Oración: Este término se refiere a la comunicación directa de los fieles con Dios, a través de la cual expresan sus necesidades y agradecimientos.
- Ministerio: Este término se refiere al trabajo que realizan los religiosos en las comunidades, a través de la difusión de la palabra de Dios y el apoyo a los fieles.
Salvación a través de Paráclito
En la teología cristiana, se sostiene que la salvación de los fieles no depende solamente de la fe en Dios, sino también en la presencia del Espíritu Santo como Paráclito, quien ayuda y guía en el camino de la fe. En este sentido, Paráclito representa para los creyentes la esperanza y la ayuda en momentos difíciles.
Esta idea se encuentra en consonancia con la idea de Paráclito como un consolador y un intercesor, alguien que ayuda a los creyentes a encontrar su camino en momentos de aflicción, y que defiende sus intereses ante Dios.
Historia y literatura relacionada con el término Paráclito
El término Paráclito ha sido utilizado en la historia y la literatura por diversas figuras de renombre, como por ejemplo:
- Abelardo y Heloise: Estos personajes históricos, destacados intelectuales del siglo XII, llevaron adelante una famosa correspondencia que se extendió por años. Este intercambio incluyó el uso del término Paráclito, como referencia a la abadía que fundaron juntos, llamada “Paracleto”.
- Comentaristas musulmanes: En el Islam, se reconoce la figura de Paráclito como “Al-Masehi”, el consolador prometido en el Evangelio de Juan. Comentaristas musulmanes de la Edad Media, como Al-Walid y Ibn Hazm, se refirieron a este concepto en sus escritos.
- John Henry Newman: Este teólogo y cardenal inglés del siglo XIX habló de su experiencia de encontrar el consuelo en un lugar que llamó “Paracleto”.
- Monasterio de Paracleto: Este monasterio, fundado en el siglo XII por la abadesa y escritora francesa Eloísa, se convirtió en una famosa escuela medieval. Su nombre, Paracleto, hace referencia a la idea de consolador y ayuda divina que encarna el concepto de Paráclito.
- Líder y embajador de la luz: Este título hace referencia al místico y escritor inglés Jacobo Boehme, quien fue identificado por algunos de sus seguidores como el Paráclito encarnado, el líder espiritual que guía hacia la luz divina.
- Altar de Paracleto: Finalmente, existe una mención del “altar de Paráclito”, que parecería estar perdido en la actualidad. Este altar se relaciona con la idea de consuelo y ayuda divina que representa Paráclito en la religión cristiana.
Como hemos visto, el término Paráclito puede ser mencionado con varios sinónimos y puede ser asociado a diversos conceptos religiosos y literarios. En definitiva, lo importante es comprender que el concepto de Paráclito representa la idea de ayuda, consuelo y guía divina que se encuentra en el centro de la religión cristiana, sea con el nombre que sea.